Minuta Agropecuaria.-
La falta de acción y gestión por parte del Gobierno Nacional y el ente rector de salud animal y vegetal en el país, ante la amenaza de la plaga Dragón Amarillo que afecta a los cítricos, mantiene a los productores en una constante incertidumbre, percibiendo un panorama mucho más drástico para el 2019.
Aunque el ente, el Instituto Nacional de Salud Agrícola Integral (INSAI), respondió a las alertas de los mismos agricultores sobre la presencia de la enfermedad en las plantaciones y publicó mucho después una Providencia Administrativa para «combatir» el Dragón Amarillo mediante el establecimiento de medidas y procedimientos fitosanitarios para la prevención, control y contención de la enfermedad denominada Huanglongbing (HLB), las mismas no han sido abordadas ni mucho menos dirigidas a su fiel cumplimiento.
Rafael Cabrera, director de cítricos de la Confederación de Asociaciones de Productores Agropecuarios (Fedeagro) manifestó que el principal problema es que el INSAI no promueve ni dirige al sector al cumplimiento de las normativas legales dispuestas en la providencia, lo que impide que el Dragón Amarillo no pueda ser contrarrestado en el país.
Una de las medidas, contempla que está prohibida la producción, transito, movilización y siembra de material vegetativo de cítrico y de matas hospederas, caso limoncillo en el territorio nacional, pero -denuncia- se ven muchos casos de matas de limoncillo en sitios turísticos, espacios abiertos y hoteles.
«Cada vez que eso se hace se está incumpliendo la ley porque eso no permite que el insecto vector pueda llevarse a cero tolerancia y al contrario se sigue proliferando la vida del vector, (…) ante la falta de seriedad y respuestas estamos condenados en el sector a que este vector siga multiplicándose y en consecuencia la epidemia siga creciendo y devastando los sembradíos de cítricos a nivel nacional«, lamentó.
Cabrera, mencionó que Yaracuy, es uno de los estados más afectados con la enfermedad, por ser el primer productor de cítricos en el país con 18.000 hectáreas sembradas.
La molienda de naranja se encuentra en el mínimo. El también presidente de la Asociación de Fruticultores Valles de Yaracuy estima que la producción no llega al 20% de la capacidad de molienda establecida, lo que responde a la perdida de un alto indice de las plantaciones.
«La enfermedad sigue avanzando, la normativa legal no se cumple, el INSAI como ente rector no ha asumido sus responsabilidades y en consecuencia vemos que el futuro de la citricultura es muy oscuro, nublado y su tendencia es cada día ir hacia un mínimo de producción», dijo.