La autoridad sanitaria precisó que los 700 mil huevos representan el 0,007% del total consumido al año en el país, pero indicó que los mismos fueron utilizados para fabricar productos derivados que se utilizan en alimentos preparados, panaderías y reposterías.
«Numerosos huevos implicados se mezclaron con otros huevos que no provenían de criaderos afectados, de manera que los residuos de fipronil están fuertemente diluidos», precisó la agencia.
Sin embargo, la FSA aclaró que es «improbable» que la presencia de estos huevos contaminados en los alimentos británicos sean un riesgo para la salud pública.
Los huevos están contaminados con fipronil, un insecticida corriente que se encuentra en productos veterinarios utilizados para los animales de compañía, contra las pulgas, las garrapatas y los ácaros.
El químico está prohibido para su uso en animales de producción alimenticia en toda la Unión Europea.