Científicos del Laboratorio Nacional Argonne del Departamento de Energía de Estados Unidos, en colaboración con la Universidad de Washington en St. Louis, han resuelto una parte crítica del antiguo misterio de la fotosíntesis, centrándose en los eventos iniciales ultrarrápidos a través de los cuales las proteínas fotosintéticas capturan la luz y la usan para iniciar una serie de reacciones de transferencia de electrones.
En la fotosíntesis, el movimiento de electrones es crucial, ya que es la forma en que se realiza el trabajo dentro de una célula. Estos procesos comienzan cuando un fotón absorbe pigmentos ligeros localizados en proteínas. Cada fotón impulsa un electrón a través de una membrana dentro de compartimientos especializados de la célula.
Los investigadores obtuvieron una valiosa información sobre los pasos iniciales de este proceso: El viaje del electrón.
Cuando se descubrió la estructura de estos complejos hace casi 35 años, los científicos se sorprendieron al saber que hay dos vías para que el electrón viaje. Las plantas, las algas y las bacterias fotosintéticas usan solo una de ellas. El equipo de investigación logró interferir con cada uno de ellos para cambiar la trayectoria del electrón.
Hemos logrado cambiar la dirección de la transferencia inicial de electrones, explicó, Christine Kirmaier, químico de la Universidad de Washington y líder del proyecto. Además añadió que en la naturaleza, el electrón eligió el mismo camino todas las veces. A través de sus esfuerzos, pudieron hacer que el electrón cambiara a una ruta alternativa el 90 por ciento de las veces.