14 enfermedades sin control oficial atacan al ganado

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Enfermedades sin control oficial

Diarrea viral bovina, DVB

 Es quizás la enfermedad de control no oficial de la que más han escuchado hablar los ganaderos y que afecta en casos agudos el sistema reproductivo de los animales con aborto, infertilidad e inmunosupresión.
El ganadero en su finca puede detectar la enfermedad si ve a sus animales con fiebre, inapetencia, letargo y deficiencias en los sistemas inmunitario, respiratorio y digestivo; acompañado de úlceras en la boca y diarrea.
Si una hembra está preñada e infectada con la enfermedad puede transmitirla al feto. La patología afecta la producción porque las vacas demoran en preñarse.
«En esta caso los ganaderos al menos tienen la tranquilidad de contar con una vacuna», señala Polanía.
RInotraqueitis infecciosa bovina
Esta enfermedad ocasiona una “tormenta de abortos” por la muerte masiva de fetos. Los animales presentan afecciones respiratorias y genitales. En los machos inflamación del pene y prepucio y en hembras de la vulva y vagina. La enfermedad está asociada con la infertilidad.
Este herpes viral tipo 1 viaja en la saliva, lagañas y mucosa genital de toros y vacas. Se transporta en semen o embriones, ya sea en transferencia embrionaria. Todo esto ocasiona baja en la producción de leche, carne y gastos altos en cuidados y diagnósticos.
Los bovinos con herpes viral tipo 1 registran casos de fiebre, dificultad para respirar, tos, lagrimeo, moqueo e inflamación en cornea. Los terneros pueden tener ceguera. Vacunar y revacunar es la medida más eficiente para erradicarla.
Lestopirosis
Entre las enfermedades menos escuchadas por los productores está la lestospirosis, y aunque es difícil de pronunciar, seguro se quedará grabado en los ganaderos que quieren conocer sobre la patología infecciosas bacteriana que afecta a porcinos, bovinos y humanos.
Polanía dice que la bacteria se aloja en ratas, caballos, cerdos, perros y vacunos. Cualquiera de esos seres vivos la puede adquirir por contacto con agua contaminada, alimento o suelos con orina de animales infectados con la bacteria leptospiras.
Los síntomas de la enfermedad son fiebre, anemia, deficiencia respiratoria, inflamación de la membrana cerebral, producción de leche viscosa,  la vaca padece mastitis, abortos o tiene terneros débiles o muertos. En los machos se ve sangre en la orina.
Los infectados pueden morir, pero, afirma Polanía, una de las medidas de prevención es la “vacuna”.
Neosporosis
Otra enfermedad reproductiva es la neosporosis, causante de abortos y la disminución de carne y leche en la ganadería mundial; Colombia no es la excepción.
El parásito que la genera afecta a caprinos, equinos, caninos, siervos y perros. La solución es vacunar en el primer tercio de gestación y luego se necesita una segunda dosis.
Los ganaderos con caninos en sus predios deben tener en cuenta que las heces de los perros transmiten la enfermedad a las vacas, que si están preñadas, infectan al feto que permanece vulnerable a morir dentro de su madre. Si la cría logra nacer, lo más probables es que muera a los pocos días.
Cabe mencionar que las personas se exponen a adquirir el mal y los animales seropositivo a la neosporas pueden ser sometidos al sacrificio.
La leucosis, sin vacuna
La coordinadora de Seguimiento Epidemiológico y Salud Animal de Fedegán-FNG, explica que laleucosis enzoótica bovina “no tiene vacuna”. Los animales infectados nunca se curan y la solución irremediable para el productor es sacrificarlos.
La leucosis ataca el sistema inmunológico y se generan tumores externos y internos, muchos cancerígenos. Mientras que la alteración en los glóbulos blancos de los animales disminuye su producción de leche.
La enfermedad se reproduce por el contacto de animales sanos con la sangre infectada. Esto se observa en prácticas inadecuadas de los animales en la castración, puesta de orejeras y vacunas. Las moscas y garrapatas también la transmiten.  
El ganado se infecta a cualquier edad, incluida la fase embrionaria y los daños económicos recaen principalmente en la producción de leche.  
Además, los infectados adelgazan, adquieren anemia, y la afectación en la médula espinal es la razón por la que algunos ejemplares se ven cojos. La muerta no es ajena a esta enfermedad.
Una de las más difíciles de pronunciar y que por eso podría pasar de agache entre los ganaderos es la IBR rinotraqueitis infecciosa, que afecta el sistema respiratorio y reproductor por infertilidad, aborto o malformación genética de los bovinos.
Enfermedades de transmisión sexual
Los síntomas típicos son letargo, pérdida de apetito; en casos más drásticos la muerte. Pero es necesario pasar a otras enfermedades de control no oficial que el ganadero necesita conocer como son las venéreas o de transmisión sexual. 
En el ganado vacuno colombiano se pueden presentar la tricomoniasis y campilobacteriosis, que normalmente se propagan entre machos y hembras en periodos de cópula.
“Una forma de difusión de las enfermedades es comprarlos sin certificación de libre de esas u otras infecciones. Ahí se propicia que un hato sano pueda tener enfermar”, recalca Zúñiga.
La tricomoniasis la produce el parásito tricomona fetus que infecta a machos y hembras en la monta y genera inflamación de la vagina, abortos, retención de placenta, infertilidad y muerte embrionaria.
Los síntomas de la tricomoniasis no son fáciles de percibir en los machos. Por eso, cuando se alquila o compra un toro para monta exija el diagnóstico de laboratorio del estado sanitario del animal, así lo recomiendan médicos veterinarios.
La campilobacteriosis es una enfermedad venérea producida por una bacteria que genera los mismos síntomas que la tricomoniasis, aunque con abortos eventuales. La recomendación principal es obviar el préstamo de toros para la monta y comprobar que el semen utilizado en la inseminación artificial esté certificado libre de patógenos.
Los parásitos en bovinos
El subgerente de Salud Animal de Fedegán-FNG manifiesta que las enfermedades parasitarias integran uno de los grupos de patologías sin control oficial. Allí tienen estadía la anaplasmosis, babeiosis y tripanosomosis. Cada una de ellas genera grandes pérdidas económicas por los parásitos sanguíneos que provocan anorexia, fiebre, anemia, disminución de leche, aborto y muerte.
En Colombia tienen alta incidencia por ser un país tropical. Las zonas más suscebtibles son las cálidas.
Las enfermedades son producidas por familias de parásitos que se alimentan de sus desechos cuando se instalan en pelaje, uñas u orejas.
El ganado enfermo por los ectoparásitos o parásitos externos deja de comer por batir la cola ante la presencia de moscas, garrapatas o ácaros chupadoras o picadoras.
Los baños externos son esenciales para atacar los agentes. Si se utilizan insecticidas, advierte Polanía, es recomendable que el productor se guíe de un médico veterinario.
Sin embargo, es mejor prevenir los parásitos externos y para eso, los ganaderos debe secar charcos, cambiar camas de animales, rotar potreros y evitar la acumulación de criaderos de moscas en agua, como la mosca de los cuernos, popular entre ganaderos porque es una de las que más ataca y afecta a las reses.
Las enfermedades endoparasitarias atacan los órganos internos de los animales. Los parásitos absorben minerales y nutrientes. Los animales padecen diarrea y tienden a disminuir su peso y la producción de leche y carne.
“El ganadero debe hacer exámenes coprológicos constantes para saber qué parásito ataca y cómo atacarlo”, dice Polanía, quien agrega que en la orina se puede ver sangre, un signo para estar atentos.  
Alerta por muerte repentina
Los ganaderos tienen espacio ahora para conocer las enfermedades clostridiales provocadas por un grupo de bacterias que causan la muerte repentina en vacunos por esporas que están en el suelo y atacan el animal ante pasto o alimento contaminado. En otros casos las bacterias ingresan por heridas abiertas en los animales.
Las esporas de las bacterias se reproducen en periodos de cambios climáticos extremos y causan daños en los tejidos y el sistema digestivo desde el cual segregan toxinas.
El carbón bacteridiano es conocido como la enfermedad de peste rayo o ántrax. Sin embargo hay quienes la llaman carbuto o rayo de oro porque causa muerte súbita de animales por esporas que viven en el pelo, piel o heridas de los animales.
Si un animal está infectado y toma agua en un riachuelo deja las esporas de la bacteria en el sitio y puede propagar la enfermedad que normalmente se adquiere por la mordedura de garrapatas. Los productores deben estar atentados a cambios bruscos de temperaturas para diminuir el riesgo de transmisión del patógeno.
Lo más importante es vacunar las reses de manera sistemática y los cadáveres de los vacunos muertos por carbón bacteridiano se deben incinerar y tapar con cal y tierra para no contaminar el aire.
La paratuberculosis, distinta a la tuberculosis
La paratuberculosis, mastitis y pasterelosis también se destacan como enfermedades de control no oficial.      
La mastitis aparece con una inflamación de la glándula mamaria de las vacas a raíz del inadecuado ordeño o el desaseo en las fincas.
El síndrome aparece de 2 formas. Una es la clínica cuando la vaca tiene uno o varios pezones rojos y la leche sale con coágulos o sangre. En un caso agudo, la res además padece de fiebre, pierde apetito y baja la producción del lácteo.
La subclínica es la otra forma de manifestación de la mastitis y es la de más cuidado, puesto que no se detecta a simple vista. El ganadero puede estar alerta y tomar medidas de prevención al observar grumos en la leche.
La paratuberculosis contagia el tracto intestinal y “genera una diarrea sin control” que puede matar al ganado de deshidratación.
Las pasturas o aguas contaminadas causan que los animales sufran de este mal, conocida como la enfermedad “silenciosa” por pasar de un animal a otro sin síntomas a la vista, hasta que se evidencia la patología en una etapa avanzada.
La pasterelosis es una patología respiratoria que afecta a animales en todas las edades. Ojo, los bovinos estresados tienen más tendencia a sufrir del mal. La fiebre, el cansancio, la tos y la aparición de moco color amarillo son algunos de los síntomas típicos de la enfermedad.
Los gastos en tratamientos son altos y la morbilidad depende del estado nutricional de la res, del sometimiento a hacinamiento y transporte inadecuado. Es así como el bienestar animal es la cable para evitar casos de pasterelosis.

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