Políticas públicas erradas desaparecen el maíz blanco de los campos venezolanos

Un ministro que solo siembra mentiras
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Minuta Agropecuaria.- Durante los últimos 4 años, la producción de maíz blanco en  Venezuela, ha venido en franca caída por diversos factores, siendo uno de las principales la falta de rentabilidad y apoyo público, es decir las políticas económicas implementadas por el gobierno que obliga a los productores a desistir en la siembra para la producción de la arepa nacional.

 El interés de siembra de maíz blanco para el consumo nacional no alcanza ni siquiera el 10% de las necesidades que el país requiere, cuando para este ciclo invierno 2017  -por la falta de insumos y semillas- solo se han podido sembrar hasta la fecha en Portuguesa 35 mil hectáreas del cereal blanco, 8 mil has en Barinas y Yaracuy unas 14.010 has, lo que por los momentos se calcula en una producción de 182 mil toneladas que cubrirá a penas el 12,6 % de la necesidad nacional que ronda el millón 450 mil TN, esto sin agregar la producción de los estados del Oriente del país. 

 Producciones pasadas Según cifras de la Confederación de Asociaciones de Productores Agropecuarios, (Fedeagro), para el año 2013 la demanda nacional de maíz blanco estuvo por el orden del millón 313 mil toneladas con una producción anual de 892.110 TN logrando un abastecimiento del 67%. Dos años después para el 2015 el consumo aumentó a un millón 447 mil TN  y solo se pudo cubrir el 40% con una producción de 590 mil TN. Para el 2016, los productores venezolanos solo lograron abastecer al mercado nacional con el 32,71% ubicando la producción en apenas 497 mil 228 TN del millón 520 mil toneladas que requería el mercado, por lo que el Estado requería importar más de 1 millón 200 mil toneladas a fin de garantizar la harina precocida. RegulaciónEn reiteradas oportunidades, agricultores salieron a las calles como símbolo de protesta para obtener respuesta sobre el precio del maíz de la cosecha 2016, no fue sino para el 21 de diciembre que salió publicado en gaceta la providencia administrativa de la Superintendencia de Derechos Socioeconómicos (Sundde) que fijaba los precios «justos» del maíz blanco y amarillo, el cual ubicaron en 200 bs por kg pagado al productor primario.

Para ese momento, los productores expresaron su rechazo al precio ya que aseguraron solo cubría los costos de producción del rubro para el mes de Septiembre, sin presentar un margen de ganancia, situación que les causo malestar aún más porque la Gaceta Oficial fue promulgada casi dos meses después de haber terminado la cosecha.Para este año y por la inflación galopante, la estructura de costos es mucho más elevada y peor aún, como la resolución se publicó el 21 del 2016, las empresas que habían recibido maíz argumentaron que ya lo habían procesado y que por lo tanto lo cancelarían al precio vigente en su momento: 96,5 Bs/Kg que no alcanzaba ni siquiera para cubrir la mitad del costo de producción.  Los productores advirtieron en todos los escenarios que la resolución debía expresar la vigencia por el período del ciclo invierno 2017, no como salió que la vigencia era a partir su publicación, dicha medida arrojó una deuda de 3.300 millones de bolívares que no fueron abonados a los productores. 

La arepa es un componente clave y un símbolo importante en la dieta de los venezolanos, recordando entonces lo obvio: sin maíz no hay arepas, sin embargo mientras existan los controles de precios, la producción de maíz blanco seguirá en caída libre, como una consecuencia inevitable, aumentando la dependencia de las importaciones.

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