Yaracuy es nuevamente epicentro de transformación agroproductiva, esta vez con un modelo que promete cambiar el rostro de la ganadería nacional. Se trata del Plan Integral de Renovación Agrícola (PIRA), una iniciativa impulsada por el Ministerio de Agricultura en alianza con la empresa privada Agrotendencia, que comenzó con la siembra de maíz y hoy avanza firmemente en su componente genético-ganadero.
Así lo informó el asesor César Butron, quien afirmó que en tan solo tres años, el PIRA ha logrado incrementar la superficie de maíz sembrado en Yaracuy de 120 hectáreas a casi 8.000, marcando la recuperación del eje maicero yaracuyano. Pero la visión del plan va más allá: potenciar también la genética bovina y forrajera en pequeños productores.
Según explicó, hace cuatro meses arrancó la fase ganadera del PIRA, con un plan genético basado en la inseminación artificial a tiempo fijo (IATF), que utiliza exclusivamente semen de la raza Guserá, tanto nacional como importado.
En la primera etapa se censaron aproximadamente 2.000 vientres en manos de pequeños pastoreros. Hoy, el balance muestra 398 vacas inseminadas, 214 ya palpadas y 139 preñeces confirmadas, con tasas de éxito que superan los estándares de países como Brasil en un solo servicio.
“Los resultados son realmente alentadores. Hemos tenido una receptividad muy positiva y un acompañamiento técnico constante, lo que explica estos porcentajes tan altos. Apuntamos a un 90% o más de preñez en esta primera fase”, indicó Butron como parte del equipo técnico.
El esquema de trabajo contempla que los productores aportan las vacas; Agrotendencia realiza la inseminación y aporta insumos, logística y seguimiento técnico, además de proveer semillas de pasto y capacitación en siembra. La inversión se financia a 18 meses, y al momento del destete, los machos nacidos se utilizan para saldar la deuda, mientras que las hembras quedan como patrimonio productivo del productor.
Este modelo busca que el productor transite del pastoreo a un manejo más técnico y rentable, con vacas de mayor capacidad genética y mejor nutrición.
La meta de este capítulo ganadero no es menor: replicar este modelo a nivel nacional con el objetivo de triplicar la producción nacional de leche.
“Tenemos 1.500.000 vacas en ordeño y producimos apenas 1.550.000 litros diarios, es decir, poco más de un litro por vaca. Si inseminamos entre 100.000 y 150.000 vacas con este esquema, podemos llevar la producción a 4.500.000 litros por día”, explicaron desde el plan.
El impacto sería inmediato: más leche disponible, mejor genética, mayor rentabilidad y un rescate efectivo del pequeño productor.
A diferencia de gestiones anteriores, los promotores del plan aseguran que hay voluntad política para avanzar. “Este ministro escucha. Hay señales claras de que se sumará a esta iniciativa. Si eso ocurre, vamos a cambiar la realidad productiva del país”, afirmó Butron.
El PIRA ganadero no es solo una estrategia técnica: es una apuesta concreta por la soberanía alimentaria, construida desde la base, con trabajo de campo, ciencia aplicada y vocación productiva.