Rafael Javier Rodríguez
Por: elcompi.net
En un contexto global marcado por eventos extremos, transformaciones atmosféricas aceleradas y una creciente necesidad de adaptación principalmente en el sector agrícola, nace en Venezuela la Iniciativa para la Alfabetización Climatológica, un proyecto visionario que busca empoderar a la ciudadanía mediante el conocimiento del clima y sus impactos.
La alfabetización climatológica no solo consiste en conocer los elementos del clima —como la temperatura, la radiación solar, la humedad, el viento, la evapotranspiración o la precipitación—, sino también en comprender los factores que los modifican, interpretarlos y tomar decisiones informadas en sectores tan sensibles como la agricultura, en sus subsectores; vegetal y animal, la gestión del riesgo de desastres, la salud pública o el manejo de los recursos hídricos.
El objetivo central de esta iniciativa es enseñar los fundamentos básicos del clima y promover la generación de datos meteorológicos confiables, fundamentales para construir una cultura de prevención y adaptación frente a la crisis climática. En un país con una diversidad ecológica y climática tan rica como Venezuela, esta alfabetización resulta estratégica. Además, se fomenta la utilización de instrumentos meteorológicos normalizados, basados en estándares internacionales, para garantizar la calidad y comparabilidad de las mediciones. Esta práctica contribuye directamente al fortalecimiento de las redes de observación y a una mejor planificación en los territorios.
La Iniciativa para la Alfabetización Climatológica está respaldada por un equipo de expertos con más de 30 años de experiencia en meteorología, climatología y observación de campo, lo que garantiza un abordaje técnico riguroso, pedagógico y adaptado a las necesidades locales. Este grupo multidisciplinario no solo imparte conocimientos, sino que actúa como un aliado estratégico para instituciones públicas, privadas, comunidades organizadas y centros educativos. Su vocación de servicio incluye brindar asesoría directa a agricultores, gestores de riesgo, administradores de cuencas hidrográficas y ciudadanos en general que deseen comprender mejor su entorno climático.
Con el fin de ampliar su alcance, la Iniciativa promueve el trabajo articulado con organismos nacionales e internacionales, universidades, observatorios ambientales y redes comunitarias, consolidando así un tejido de cooperación que contribuya al fortalecimiento del sistema climático nacional.
Educar sobre el clima es sembrar conciencia para el futuro. Esta iniciativa no solo transmite información: forma ciudadanos capaces de actuar ante el cambio climático, de participar en la toma de decisiones territoriales y de promover soluciones sostenibles en sus comunidades.
En palabras de sus impulsores: «Un pueblo que entiende su clima, es un pueblo que construye resiliencia, que protege sus cosechas, su agua y su vida».