Proponen dietas contra el estrés térmico estival

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Para Lance Baumgard, investigador de la Iowa State University (EE.UU.), la producción pecuaria sufre pérdidas económicas severas por las altas temperaturas en verano, sobre todo en sistemas extensivos como el argentino, con pocas instalaciones y áreas de sombra. Estrategias nutricionales a base de potasio y zinc reducirían el problema.

POR: PABLO ROSET 21 MARZO, 2018

(SLT-FAUBA) El estrés calórico es uno de los problemas más preocupantes que enfrenta hoy la producción pecuaria en el mundo. En primer lugar, porque gran parte de la ganadería se desarrolla en áreas tropicales y subtropicales, donde es una actividad económica clave; en segundo lugar, porque las condiciones climáticas previstas para esas regiones a mediano plazo son muy adversas. Para los Estados Unidos representa una pérdida de 4000 millones de dólares al año; para la Argentina, 500 millones de pesos, y para otros países es una amenaza directa a la seguridad alimentaria.

Lance Baumgard, profesor de la Iowa State University (EE.UU.), visitó la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) para dictar un curso de posgrado en la Maestría en Producción Animal de la Escuela para Graduados ‘Alberto Soriano’ (EPG). Entrevistado por el sitio de divulgación científica Sobre La Tierra, profundizó en las consecuencias del estrés ambiental en la producción ganadera y explicó cómo en un país como el nuestro, con producción pecuaria extensiva y mucha insolación para los animales, estrategias dietarias ricas en minerales como potasio y zinc permitirían mitigar los efectos nocivos del exceso de calor.

“El estrés por calor es un problema económico grave para los productores y para los países. Tanto las vacas lecheras como las de carne, los cerdos, las cabras, las ovejas, las gallinas y los pollos sufren el exceso de calor. Este es un estrés que disminuye marcadamente las tasas de crecimiento, por lo cual todos los parámetros de importancia económica para el productor decrecen. Además, los animales sufren malestares y hasta, incluso, pueden morir. En este sentido, es clave reducir el estrés calórico durante el verano, ya sea a través de instalaciones, de aumentar el área sombreada o de la dieta”, manifestó Baumgard.

“El manejo de la dieta para disminuir los efectos del estrés calórico es particularmente importante en países como la Argentina, donde la ganadería se lleva a cabo, en gran medida, de forma extensiva. En estos sistemas de producción, los animales están expuestos a la radiación solar durante mucho tiempo, dada la baja proporción de superficie con sombra por montes forestales o instalaciones específicas”, sostuvo.

El estrés por calor y sus actores
“Por un lado, los productores deben darse cuenta de que el estrés térmico es una realidad, que está impactando y que es un problema grave que disminuye la productividad. Por eso, deben tomar precauciones para ofrecerle a los animales mejores condiciones ambientales. Por otro lado, los científicos también deben tomar conciencia de la necesidad de profundizar y fortalecer los conocimientos en biología de los rumiantes”, puntualizó Baumgard.

“En cuanto a la educación, en mi experiencia, los impactos del estrés ambiental sobre la producción animal se estudian principalmente en cursos de posgrado en las universidades, pero apenas se mencionan en los cursos de grado. Este fenómeno se da tanto en los Estados Unidos como en la Argentina y en otros países. Estoy seguro de que sería muy valioso que los estudiantes se graduaran con estos conocimientos”, finalizó.

http://sobrelatierra.agro.uba.ar/

Via: www.mitreyelcampo.cienradios.com

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