
Para muchos, la agronomía es una profesión, pero para María Fernanda Vázquez, es una vocación que nació de una conexión profunda con la tierra. Ingeniera Agrónoma de la UCLA, su historia en el campo se remonta a su infancia, un relato de pasión y convicción que se ha consolidado con el tiempo.
Hija de Vladimir Vásquez, un agricultor con más de 53 años de experiencia, María Fernanda creció con el aroma de la siembra y la rutina de la finca. Comenta que pasaba los fines de semana y vacaciones inmersa en las labores agrícolas. «Lloraba cuando no me llevaban a la finca», confiesa, demostrando que su vínculo con el sector es innato. “Yo nací con eso por pasión y convicción”, afirma con total seguridad, a la vez que sueña con el día en que pueda montar un refugio de animales, una muestra más de su amor por la vida en el campo.
A lo largo de su carrera, María Fernanda se ha forjado una sólida trayectoria profesional, trabajando en la transferencia de tecnología en Fundarroz, así como en las áreas de desarrollo e investigación agrícola de empresas como Bayer y Agropaca.
Cada experiencia sumó a su visión y le dio el conocimiento necesario para dar el siguiente paso: emprender por cuenta propia. «A mí me pagan por hacer lo que me gusta», reflexiona, un sentimiento que le ha guiado desde que se independizó después de trabajar junto a su padre por muchos años.
Hoy, María Fernanda cultiva su propia tierra, inmersa en la producción de cereales y leguminosas como el maíz y el ajonjolí. Este nuevo proyecto, en el que pasó de arrendar a ser dueña de sus propias parcelas, la llena de satisfacción. Su filosofía de vida y de trabajo se resume en un principio: la preparación constante. “Nunca he dejado de estudiar y prepararme”, asegura, convencida de que en un campo tan dinámico como el agrícola, «siempre hay algo más que saber y aprender. Cuando estás preparado, todo es más fácil”.